Bugatti: Nada es demasiado bonito, nada es demasiado caro

El espíritu pionero, la pasión por la perfección y el deseo de redefinir continuamente sus límites han sido siempre las características clave de Bugatti

Cualquiera puede tener grandes sueños, pero no todo el mundo tiene la oportunidad de cumplirlos, o el valor de aprovechar esa oportunidad cuando se presenta. Ettore Bugatti tenía grandes sueños y, en 1909, tomó las riendas de su destino y se trasladó a Molsheim con su familia para fundar su propia empresa y escribir la historia del automóvil. 110 años después, Bugatti celebra con orgullo el aniversario de su creación y el legado de Ettore.

Los primeros pasos de Ettore Bugatti, interrumpidos por la Primera Guerra Mundial, condujeron a la gloriosa década de 1920 que elevó a Bugatti a las más altas cotas del mundo del automóvil. Con el hijo de Ettore, Jean Bugatti, en un papel destacado, la empresa desafió el crack bursátil de 1929 y siguió fabricando algunos de los automóviles más deseados de la década de 1930; entre ellos, el Bugatti Type 55. En 1931, el modelo Type 51 ocupó el lugar del Type 35, hasta la fecha el coche de carreras más exitoso de la historia, como nuevo modelo de Bugatti para las carreras de gran premio.

Jean Bugatti no sólo diseñó el motor del Type 51, sino que inmediatamente empezó a trabajar en una versión de carretera del Type 51, el Type 55. Con su velocidad máxima de 180 km/h -más que excepcional para la época-, el Type 55 tuvo una gran acogida entre los clientes que buscaban un coche de gran turismo de altas prestaciones.

Uno de los deportivos más bellos de su época -también gracias al genio de Jean Bugatti-, el modelo estaba pintado en dos colores, tenía una silueta baja y una línea alar pura, dando una impresión de elegancia, además de fuerza y velocidad. Bugatti produjo 38 unidades del Type 55 con carrocerías roadster y coupé.

Jean Bugatti es más conocido, sin embargo, por diseñar muchos de los modelos más famosos de la marca, complementando las habilidades de ingeniería de su padre y convirtiendo a Bugatti en uno de los grandes nombres de la fabricación de automóviles. El revolucionario y legendario Type 57 SC Atlantic fue la creación más emblemática de Jean Bugatti: tenía líneas de coupé fluidas y una columna vertebral remachada única con una distancia al suelo significativamente menor. A día de hoy se considera uno de los coupés deportivos más exclusivos y asombrosos del mundo.

Con sólo cuatro modelos construidos y sólo dos supervivientes con piezas originales, es uno de los modelos de época más caros. El segundo Atlantic de los cuatro fue el Bugatti Type 57SC - Aéro Coupé de 1936, un coche que sería conocido como La voiture noire, posiblemente el coche más mítico de la historia. Tras su construcción, su aspecto elegante e icónico se utilizó para folletos internos, así como en diferentes exhibiciones de salones del automóvil en territorio francés. En 1939, la muerte de Jean Bugatti y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial afectaron a Bugatti más que la crisis financiera de la década anterior.

Tras escapar a Burdeos de la ocupación nazi, Ettore regresó a Molsheim una vez finalizada la guerra. Durante la guerra, sin embargo, su salud se resintió y Ettore nunca se recuperó, falleciendo en agosto de 1947. Su hijo Roland Bugatti se hizo cargo de la empresa, pero, a diferencia de su difunto hermano Jean, no tenía la habilidad, los conocimientos ni la suerte necesarios para revertir la situación. A pesar de varios intentos de revivir la empresa, se vio obligado a venderla a Hispano-Suiza en 1963.

Mientras que la colección de automóviles acabó principalmente en manos de los hermanos Schlumpf, las herramientas y los conocimientos de la empresa se utilizaron en el desarrollo aeronáutico durante las décadas siguientes. En 1987, sin embargo, Romano Artioli resucitó Bugatti para el mundo del automóvil, construyendo una nueva planta en Campogalliano. El principal resultado de sus esfuerzos fue el exclusivo Bugatti EB110, presentado en París el 15 de septiembre de 1991, exactamente 110 años después del nacimiento de Ettore Bugatti.

Tras la producción de 139 unidades del EB110, Campogalliano tuvo que cerrar sus puertas, otro revés al que sólo una marca fuerte como Bugatti podía sobrevivir. Ahora en manos del Grupo Volkswagen, Bugatti volvió a resurgir en 1998. El regreso a Molsheim marcó una decisión importante: construir el futuro de la empresa en los mismos terrenos donde su fundador Ettore había creado su legado ciento diez años antes. Al igual que en la época de Ettore, los vehículos que salen de Molsheim se consideran ahora la cúspide del mundo del automóvil.

Desde 2005, todos los hiperdeportivos Bugatti se ensamblan en el vanguardista Atelier de Molsheim: durante los diez primeros años, el Bugatti Veyron 16.4 y otras versiones del Veyron, y últimamente el Chiron, el Chiron Sport y el Divo. El modelo más reciente es una obra maestra única, La Voiture Noire, una reinterpretación moderna del Type 57 SC Atlantic de los años 30 construida para celebrar el aniversario de Bugatti.

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