No Stress 888: Donde la potencia se une a la elegancia

Como Riva 100 Corsaro, lleva la firma inconfundible de uno de los constructores de yates más emblemáticos del mundo. Elegante, potente y sofisticado, el No Stress 888 combina la emoción de la libertad con la facilidad del máximo confort.

Un yate que se mueve sin prisas

Con una velocidad máxima de 28 nudos, el No Stress 888 no es un yate de competición, sino un yate para disfrutar al máximo de cada día. Menos tiempo viajando significa más tiempo disfrutando del lugar donde decida echar el ancla. Se trata de despertarse en una bahía, almorzar en otra y tomar una copa al atardecer en un lugar al que nadie haya llegado todavía.

Es un yate para aquellos que no sólo quieren observar el horizonte, sino perseguirlo, sin sentir nunca que tienen prisa.

La firma de Riva: Belleza en cada detalle

A pesar de toda su potencia, el No Stress 888 sigue siendo innegablemente Riva. Y eso significa que cada centímetro es una clase magistral de diseño italiano. El casco gris metalizado, agresivo pero refinado, se desliza por el agua como una obra de arte esculpida. El interior no es diferente: líneas limpias, materiales ricos y una distribución que fluye sin esfuerzo de un espacio a otro.

Las ventanas panorámicas envuelven el salón principal, difuminando la línea entre el interior y el exterior. El mobiliario es sobrio pero lujoso, diseñado no para competir con las vistas, sino para complementarlas.

Lujo que se adapta al momento

Lo que hace diferente al No Stress 888 no es sólo la forma en que se mueve, sino la facilidad con que se transforma para adaptarse al estado de ánimo. El flybridge es inmenso, un verdadero centro de relajación. Ya sea tomando el sol durante el día, tomando un aperitivo al atardecer o cenando a la luz de las estrellas, este espacio se transforma según el momento.

En la proa, Riva ha hecho algo inteligente: en lugar de una simple zona para tomar el sol, se trata de un salón completo. Un asiento en primera fila frente al mar, donde el café de la mañana se convierte en una siesta por la tarde, y una copa por la noche dura el tiempo suficiente para que las estrellas se apoderen del cielo.

Y luego está el club de playa. Un espacio diseñado para estar lo más cerca posible del agua. Con la plataforma bajada, el mar se convierte en parte del propio yate, tanto si se adentra en las olas como si lanza uno de los muchos juguetes acuáticos que distinguen a este yate.

Más que un yate: un parque infantil sobre el agua

Losjuguetes acu áticos no son nada nuevo, pero la selección del No Stress 888 es del tipo que cabría esperar en un superyate mucho mayor. Seabobs, motos acuáticas, tablas de paddle, equipo de snorkel... todo lo que necesita para convertir el Adriático en su patio de recreo personal.

Y como este yate se mueve, no te quedas atrapado en el mismo sitio durante mucho tiempo. Una mañana en una tranquila bahía, una tarde saltando entre islas croatas, una noche anclado en algún lugar que nadie haya encontrado todavía.

La experiencia no es sólo lujo: es acceso. Al mar, a nuevos lugares, al tipo de libertad que la mayoría de los yates de este tamaño no pueden ofrecer.

El servicio de un superyate, la libertad de una escapada privada

A pesar de toda su modernidad, el No Stress 888 sigue entendiendo una cosa: el verdadero lujo se basa en la comodidad. Y ahí es donde entra en juego la tripulación.

Con un capitán y un azafato/chef, cada detalle está controlado. Tres comidas al día exquisitamente preparadas, un itinerario totalmente personalizado y un estilo de servicio que sabe cuándo intervenir y cuándo desaparecer.

Sin estrés. Sin límites.

Algunos yates se toman las cosas con calma. Otros están hechos para la aventura. En el No Stress 888 se dan las dos cosas. Se trata de saber que se puede ir rápido cuando se quiere, pero que el verdadero lujo está en elegir cuándo parar, cuándo detenerse y cuándo simplemente dejar que el mar marque el ritmo.

¿Porque la mejor libertad? La que te permite decidir. Cuando la velocidad, el lujo y el diseño están en perfecto equilibrio, sólo queda una cosa por hacer. Usarlo.