Breguet: La elección real
A lo largo de 250 años de existencia, una de las casas relojeras más importantes del mundo ha sentado las bases de la industria relojera moderna con numerosos inventos y soluciones de diseño
La historia de la relojería está llena de leyendas inspiradoras. Algunas resultan ser ciertas, mientras que otras siguen siendo mitos que, independientemente de su base factual, celebran la pasión y el genio de los maestros.
Una de estas historias se desarrolla en los fastuosos salones de Versalles, donde un admirador secreto de María Antonieta buscaba la manera de conquistar el corazón de la reina. Consciente de su fascinación por los relojes de Abraham-Louis Breguet, el célebre relojero cuyas obras ya adornaban su colección, le encargó una pieza sin igual.
Exigió una obra maestra que superara todas las creaciones anteriores y dejara a la reina sin aliento. Se cree que el mecenas fue el noble sueco conde Hans Axel von Fersen, aunque la teoría nunca ha sido confirmada. Sin fecha límite, Breguet trabajó en el proyecto durante 44 años. En un trágico giro del destino, ni la reina ni el relojero llegaron a verlo terminado.
Esta anécdota de los 250 años de historia de Breguet puede resultar un tanto romántica, pero ilustra perfectamente por qué Abraham-Louis Breguet era conocido como el Leonardo da Vinci de la relojería. Muchos de los primeros avances de Breguet nacieron de encargos reales.
Para Luis XVI, un apasionado de la ciencia y la mecánica, Breguet creó el primer reloj automático. Su fama se extendió rápidamente más allá de Francia; entre sus clientes figuraban Napoleón Bonaparte, la reina Victoria, el zar Alejandro I y muchos otros gobernantes y aristócratas de toda Europa.
Cuando fundó su propia manufactura en París en 1775, Breguet se convirtió rápidamente en sinónimo de innovación. Desarrolló o perfeccionó mecanismos que marcaron la historia de la relojería: el tourbillon, un avanzado sistema de cuerda automática, y el muelle de espiral, que aportó un nuevo nivel de precisión y fiabilidad.
Ya en 1786, comenzó a utilizar refinadas esferas guilloché, y unos años más tarde, en 1790, introdujo el pare-chute, un sistema de protección contra golpes considerado el precursor de todas las tecnologías antichoque modernas.
Sus agujas, con sus características puntas ahuecadas y sus elegantes números arábigos inclinados, se convirtieron en símbolos perdurables, conocidos como "agujas Breguet" y "números Breguet", y su uso se extendió mucho más allá de su taller.
El renombre de Breguet se extendió a la literatura; en las obras de Alexandre Dumas, Honoré de Balzac y Victor Hugo, los personajes no sólo llevaban relojes, sino también Breguet. Incluso la historia del reloj de pulsera está ligada a su nombre: un pequeño modelo de bolsillo que convirtió en brazalete para la reina Carolina Murat de Nápoles en 1810 se considera el primer verdadero reloj de pulsera.
La moderna colección femenina, Reine de Naples, se basa en esta herencia, subrayada por el eslogan "En cada mujer se revela una reina", que destaca la conexión entre la innovación histórica y la elegancia moderna.
Abraham-Louis Breguet fue mucho más que un maestro relojero. Fue un genio del Renacimiento, un visionario y un ingeniero que, como da Vinci, unió ciencia y arte, precisión y estética. En esta fusión única creó obras maestras que sentaron las bases de la relojería moderna.
Para celebrar su 250 aniversario, Breguet rinde homenaje al legado de su fundador a través de colecciones como Tradition, Classique, Classique Complication, Marine, Reine de Naples y Type XX. Cada pieza combina a la perfección la excelencia técnica con una estética sutil, reflejando la filosofía central de la Maison: crear obras maestras de elegancia pura y reflexiva, sin detalles superfluos.
Para celebrar este gran aniversario, Breguet ha presentado cuatro ediciones limitadas excepcionales: el Classique Souscription 2025, el Tradition 7035 Seconde Rétrograde, el Type XX Chronographe 2075 y el Classique Tourbillon Sidéral 7255.
En un mundo lleno de relojes que se esfuerzan por impresionar con innumerables funciones y florituras, Breguet sigue demostrando que un diseño sencillo y refinado es la expresión más poderosa y elegante del estilo y el lujo. La verdadera belleza no se encuentra en el exceso, sino en la impecable armonía del genio y la gracia.
Fotos Breguet