Giorgio Damiani: Oscar mundial de la joyería

No es frecuente que un vicepresidente de una famosa empresa de joyería presente personalmente a sus clientes las más bellas piezas de joyería de archivo, pero en el mundo del lujo no hay tantas marcas que hayan sido propiedad de la misma familia durante todo un siglo. En una exclusiva cena de gala organizada por el socio de la marca -la renombrada empresa Mamić 1970- en el Hotel Esplanade de Zagreb, Giorgio Damiani agradeció de todo corazón el apoyo que el socio les viene mostrando desde hace años, y presentó algunas de las piezas más bellas de la colección de Alta Joyería, fabricadas a mano en la manufactura del Grupo Damiani.

¿CÓMO MANTENERSE JOVEN CUANDO SE TIENEN 100 AÑOS?
Siempre hay que estar al día, tener la misma edad que las generaciones jóvenes. Pero lo más importante es que tienes que ser consciente de tu pasado y de tu tradición, y de una herencia única que queremos transmitir a nuestros hijos.

LA TRADICIÓN Y LA PASIÓN POR LA JOYERÍA SE HAN TRANSMITIDO A LO LARGO DE TRES GENERACIONES EN LA FAMILIA DAMIANI. ¿CÓMO HA INFLUIDO EN SU ENFOQUE DEL ARTE ORFEBRE?
Mi abuelo Enrico fundó la empresa en 1924. Después, mi padre Damiano y mi madre Gabriella crearon con fuerza la marca con la nueva estrategia de marketing. Para mí fue muy natural elegir esa dirección y nunca he pensado en hacer otras cosas en mi vida. Al mismo tiempo tuve suerte porque mis padres nunca me empujaron a la obligación, siempre sentí que este es un mundo fantástico. Viéndoles trabajar con tanta pasión, junto con mi hermana Silvia y mi hermano Guido quise continuar y crear aún más de lo que hicieron nuestros padres. Así que iniciamos el proceso de internacionalización del Grupo Damiani, creando la red de más de 60 boutiques en las principales calles comerciales de lujo del mundo.

¿CÓMO FUE JUGAR CON LOS DIAMANTES DESDE PEQUEÑO?
Mis padres trabajaban mucho, vivíamos en el mismo edificio donde estaba nuestra manufactura. Valenza es una ciudad muy pequeña, de sólo 25.000 habitantes, y lo normal es trabajar en una fábrica y volver a casa para comer. Los domingos por la mañana podíamos ir a la oficina de mi padre y, para mantenernos ocupados, nos daba pequeños sobres en los que meter diamantes. Nos pagaban mucho por ese trabajo, simbólicamente, pero para que sintiéramos que contribuíamos. Yo quería trabajar en la fábrica, estuve más de seis meses colocando y aprendiendo el arte de la artesanía. Me ayudó mucho a entender el negocio.

¿ES DIFÍCIL HOY EN DÍA ENCONTRAR UN BUEN ARTESANO?
Muy difícil. En los últimos veinte años hemos perdido muchos artesanos porque los jóvenes prefieren trabajar en un banco. Valenza es un distrito muy importante en Italia, siempre ha sido fantástico para la joyería y la familia Damiani es parte importante de esa tradición. Así que en Valenza hemos creado una academia muy especial para formar a una nueva generación. Jóvenes de toda Italia pasan con nosotros varios meses, les enseñamos diferentes habilidades y los mejores se quedan en la empresa. En nuestra fábrica de Valenza trabajan casi 400 personas, básicamente en el centro de producción y logística.

¿CUÁLES CONSIDERA QUE SON LOS MOMENTOS CRUCIALES EN LA HISTORIA DE UNA MARCA, TANTO EN TÉRMINOS DE DISEÑO COMO DE DECISIONES EMPRESARIALES?
Básicamente, todos los años hay algún momento crucial. Pero para nosotros fue cuando nuestro padre falleció en 1996 en un accidente de coche. Yo, mi hermano y mi hermana éramos muy jóvenes y mi madre tuvo que decidir qué hacer con la empresa. No teníamos suficiente experiencia, pero la decisión más importante fue que estaríamos unidos y crearíamos y desarrollaríamos nuestro negocio. Fue un gran reto, pero lo conseguimos. Mi padre era una figura muy fuerte y respetada, un auténtico padre padrone. Su muerte fue un momento drástico pero al mismo tiempo un reto en términos de liderazgo y ahora podemos decir que estaría muy orgulloso de nosotros.

¿CÓMO ACEPTAN Y TRATAN SUS JOYAS LAS NUEVAS GENERACIONES DE AMANTES DE LA MARCA DAMIANI: COMO UNA CUESTIÓN EMOCIONAL O COMO UNA BUENA INVERSIÓN PARA LAS GENERACIONES FUTURAS?
Depende, pero la generación joven es muy importante para nosotros estratégicamente. Hoy en día todo es muy rápido gracias a las redes sociales, así que nuestra empresa sigue esas reglas. Un gran ejemplo de acercamiento a la generación joven es nuestra nueva colección Belle Epoque Reel, la reinterpretación de uno de nuestros bestsellers tradicionales, la colección Belle Epoque. Los nuevos anillos y collares de oro blanco, amarillo y rosa, enriquecidos con los diamantes más puros, presentan círculos y rectángulos que, al acariciarlos, giran y cobran vida, como un carrete. El cine y las artes visuales que inspiraron la colección Belle Epoque original, se vuelven digitales y de una forma mucho más contemporánea nos brindan un nuevo éxito. A las jóvenes generaciones también les gusta ser reconocidas, encontrar piezas icónicas que puedan permanecer durante mucho tiempo.

¿QUÉ INSPIRÓ LA IMPLICACIÓN DE DAMIANI EN INICIATIVAS ÉTICAS, COMO EL PROYECTO DE AGUA LIMPIA EN ÁFRICA?
Mi abuelo y mi padre siempre decían: la naturaleza nos ha dado cosas bellas, ¡nuestro trabajo es hacerlas más bellas! Nuestros materiales -diamantes, rubíes y esmeraldas- proceden de la naturaleza. Para nosotros son preciosos, así que tenemos que ser amables con la naturaleza. Empezamos el Proyecto Agua Limpia con Sharon Stone, que siempre ha sido embajadora de nuestra marca y es muy buena amiga de nuestra familia. En África el mayor problema sigue siendo el acceso al agua potable, por lo que desde 2011 Damiani Group ha financiado la construcción de más de 80 pozos y ha proporcionado agua potable a más de 10.000 personas.

¿QUÉ LEGADO ESPERA DEJAR LA FAMILIA DAMIANI EN EL BELLO MUNDO DE LA ALTA JOYERÍA?
Creemos firmemente en el diseño, hemos ganado 18 Diamonds International Awards -los Oscar del mundo de la joyería- más que ninguna otra marca de joyería en la historia. Para nosotros es muy importante que los consumidores recuerden la marca Damiani por su diseño y creatividad.

Explore el mundo de la atrevida joyería Damiani en la boutique Mamić 1970, en el centro de Zagreb, en la calle Frane Petrića, 7.