Revisión de Greenline 48: La elección del caballero

Cómodo en movimiento, funcional, amueblado con gusto, respetuoso con el medio ambiente: Greenline 48 está listo para navegar hacia el nuevo futuro

El constructor esloveno de barcos Greenline llegó a construir 500 yates híbridos antes de recibir un golpe de la economía mundial y entrar en concurso de acreedores. Recientemente, la malograda empresa llamó la atención del empresario y antiguo distribuidor de Greenline en Rusia Vladimir Zinchenko, que le insufló nueva vida.

Las entregas y ventas continuaron, y el constructor tiene suficientes pedidos para mantenerse ocupado hasta bien entrada la próxima primavera. Greenline también ha anunciado el desarrollo de nuevos modelos, el más pequeño de los cuales, el Greenline 36, será botado este mismo verano.

Greenline 48 en el mar

Recientemente hemos tenido la oportunidad de llevar el Greenline 48 al mar para realizar una prueba en Portorož, donde el yate estaba esperando a ser entregado a su propietario. El modelo, descrito por Vladimir como la encarnación de la filosofía Greenline e ideal para lo que él llama "navegación de caballeros", es ante todo silencioso (en modo eléctrico).

Propulsado por un motor híbrido de nueva generación -un generador de 10 kW, motores de 14 kW y motores diésel Volvo D3-, el Greenline 48 es un yate pequeño, elegante, funcional, cómodo y, en general, encantador, siendo éstas sus principales ventajas, no luchar contra los competidores en términos de rendimiento y lujo.

El diseño es más que inteligente: cada detalle sirve a un propósito, todo está pensado. La bañera cubierta está conectada con la cocina (que, como en todos los modelos Greenline, ocupa la esquina de popa del salón de la cubierta principal), dividida únicamente por una ventana corredera de cristal desde la bañera y con una extensión plegable de la superficie de trabajo.

Interior del yate Greenline

La fácil disponibilidad de energía eléctrica hace que las cocinas Greenline sean un placer para cualquier cocinero, ya que pueden disponer de todos los electrodomésticos que deseen, incluido un lavavajillas -que no es habitual encontrar en yates de este tamaño- y un frigorífico con congelador grande. A estribor, detrás de la cocina, descubrimos un rincón de TV con un pequeño sofá (que puede sustituirse por dos sillones), mientras que el espacio de comedor está a babor y cuenta con una gran mesa y seis sillas.

El interior de la cubierta principal es fresco y luminoso (chapa de teca y telas blancas), bañado por la luz natural que entra por los grandes ventanales que hacen que el yate sea reconocible desde el exterior. El suelo del salón esconde un gran almacén, un espacio bastante amplio que alberga una lavadora y aún tiene espacio suficiente para equipos más grandes o enseres domésticos. El puesto de mando está a estribor, tiene un cómodo asiento doble para el patrón y acceso directo a la cubierta a través de una puerta corredera de cristal.

En la cubierta inferior descubrimos tres camarotes, con el principal en proa y los dos camarotes de invitados en popa. El camarote principal está bien iluminado por la luz natural que se filtra por varias ventanas de buen tamaño y dos portillos redondos a cada lado sirven también para la ventilación.

Tranquilo, estable y cómodo

La cama doble de este camarote puede separarse fácilmente en dos individuales y esconde más espacio de almacenamiento. Este camarote tiene un cabezal privado con aseo y cabina de ducha independientes.

Los otros dos camarotes están en popa, tienen una altura impresionante y están bien amueblados. Ambos disponen de dos camas y también de cabezal privado. El fly bridge de este modelo parece bastante espacioso aunque en realidad no es tan grande. Aún así, cada centímetro se aprovecha al máximo y no falta nada: hay dos tumbonas, un comedor abierto con bar y un sofá transformable junto al puesto de mando.

En la proa hay otro sofá, y en la popa hay un espacio adicional que puede servir de almacén o convertirse en el camarote del patrón. La plataforma hidráulica de popa es lo suficientemente grande como para albergar una embarcación auxiliar o una moto acuática.

El Greenline 48 se anuncia como un yate tranquilo, estable y cómodo, ideal para relajarse en el mar, así que estábamos ansiosos por ver cómo se comportaba. Salimos del puerto deportivo propulsados únicamente por motores eléctricos (que, debemos decir, son absurdamente fáciles de manejar, ya que se encienden o apagan pulsando un solo botón).

Velocidad y autonomía del Greenline 48

Las baterías de nuestro yate estaban al 82% de su capacidad y llevaban dos días sin recargarse, pero aún así teníamos potencia más que suficiente para utilizar los estabilizadores Seakeeper del yate. El Greenline 48 demostró ser un paseo silencioso, de hecho, nunca superó los 70 db incluso con motores diésel. Los motores eléctricos nos daban potencia suficiente para 6,5 nudos de velocidad, mientras que los diésel nos empujaban a 16 nudos, aproximadamente tan rápido como en una típica navetta.

Silencioso, acogedor, cómodo y estable, el Greenline 48 es realmente un pequeño gran yate, ideal para pasar tiempo en familia en el mar. Respetuoso con el medio ambiente, es realmente un gran representante de su constructor, que esperemos siga creando yates híbridos tan bonitos como el 48.