Cuento de hadas de una princesa británica: Su Majestad en alta mar
El astillero británico ha cultivado durante mucho tiempo una mezcla de innovación, artesanía y visión de futuro, estableciéndose como uno de los nombres más destacados en el mundo de la náutica.
Dicen que los británicos tienen una afinidad especial por las princesas: algunas adornan las portadas de los tabloides, otras las de las revistas náuticas. Y mientras que de las primeras se discute sobre todo la elección del vestido, las segundas llevan sesenta años demostrando que el verdadero lujo es algo que no se muestra, sino que se vive en el mar. Princess Yachts se ha convertido así, sin esplendor ni pompa innecesarios, en sinónimo de una mezcla de tradición, tecnología moderna y ese especial sentido británico de la proporción. Y este año, su historia cumple seis décadas.
La herencia de Plymouth: Una filosofía de construcción "del alfiler al yate
En el centro de esta historia se encuentra Plymouth, una ciudad del Canal de la Mancha que ha vivido durante siglos del mar, la construcción naval y la marina. Fue aquí donde se construyó el primer Princess en 1965, en una pequeña choza que aún hoy sigue en pie como recuerdo de los comienzos.
Lo que diferencia a esta empresa de la mayoría es el hecho de que el diseño y la producción no están separados. Casi todo el yate, desde la estructura hasta el interior, se crea bajo su techo, con la excepción del motor, el cristal y la electrónica de navegación; todo se fabrica en Plymouth.
Este enfoque "del alfiler al yate" no es una leyenda romántica sacada de un catálogo, sino una filosofía de construcción muy real que requiere conocimientos, paciencia y artesanía.
Hoy, Princess no sólo es parte de la identidad de la ciudad, sino también su mayor empleador privado. En una ciudad de 250.000 habitantes, 2.500 de ellos trabajan precisamente en la creación de yates de los que zarpan unos 250 ejemplares al año. Detrás de cada uno de ellos hay un trabajo meticuloso, pero también una tozudez muy británica: prefieren hacerlo todo ellos mismos antes que arriesgarse a comprometer la calidad.
Del Proyecto 31 al estilo global
Para entender cómo surgió, hay que remontarse a 1963, cuando tres amigos -antiguos oficiales de la marina y un ingeniero- empezaron a fletar un solo barco. Lo transformaron, lo adaptaron, lo modificaron y, finalmente, lo vendieron. De este modelo nació el Proyecto 31, el primer paso hacia el mercado de los cruceros en alta mar.
Le siguió el modelo Princess 32, que tuvo tanto éxito que se convirtió en el primer modelo en venderse a través de una red de agentes en el país y en el extranjero, y en diez años se vendieron más de 1.200 unidades. Este modelo se cita a menudo como el punto de inflexión entre una empresa y una marca con estilo propio.
Ese estilo cambió, pero nunca demasiado.
Colaboraciones de Olesinski y LVMH
En los años 80, una colaboración con Bernard Olesinski dio lugar a nuevas líneas de diseño adaptadas a los clientes que buscaban más espacio y mayores prestaciones. Los primeros modelos Princess, en su momento los más grandes de Gran Bretaña, también fueron los primeros en dirigirse al cliente mediterráneo. En las décadas siguientes, la marca creció a la par que los deseos de sus clientes, desde modelos más pequeños con flybridge hasta impresionantes 130 pies.
En 2001, Marine Projects pasó a llamarse oficialmente Princess Yachts, y en 2008, una colaboración con LVMH trajo consigo una estética interior impresionantemente elegante. Las colaboraciones con casas como Fendi Casa demostraron que el lujo significa algo más que materiales: es una sensación de confort y armonía en espacios que se mueven junto con el mar.
Redefinir la experiencia de la personalización a medida
Esta es ahora una de las bases de la identidad de Princess: la personalización. Su herramienta de configuración no es sólo un catálogo de opciones, sino una exclusiva mundial que permite a los clientes vivir plenamente la experiencia de estar en un yate antes de que comience la producción. Ninguna otra marca del mercado ofrece este nivel de visualización y percepción espacial del yate acabado, los interiores y la distribución. Esta herramienta cambia las reglas del juego tanto para los clientes como para los constructores.
En marzo de 2023, Princess Yachts entró en un nuevo capítulo cuando la participación mayoritaria en la empresa fue adquirida por KPS, uno de los principales grupos de inversión del mundo con una larga trayectoria en el sector. Este cambio aportó una mayor estabilidad y sentó las bases para un mayor desarrollo, con un fuerte enfoque en la tecnología, el diseño y la mejora de los procesos de producción.
Cartera de excelencia: De los clásicos flybridge al X 'Superfly
Esta dirección se refleja claramente en toda la cartera de la marca. La gama incluye los sofisticados yates a motor con flybridge F e Y, los dinámicos yates deportivos V Class, los innovadores modelos sportbridge S Class y el nuevo C Class, que amplía la oferta para aquellos que dan sus primeros pasos en el mundo de los yates de lujo.
Los modelos X "Superfly ", creados en colaboración con la emblemática casa de diseño italiana Pininfarina, son el punto culminante de la colección. De cara al futuro, la cumbre de la gama será el 106 Odyssey, que marca el regreso de Princess Yachts al segmento de los superyates.
Sesenta años después de su concepción, Princess Yachts celebra este aniversario con contenidos exclusivos, eventos especiales y una edición limitada del icónico modelo V40. Gráficos especiales en el casco, detalles exclusivos en los colores interiores y exteriores y el símbolo de los "60 años" discretamente integrado en el diseño no son sólo un homenaje al pasado, sino también una mirada al futuro.
La historia de Princess no es una historia nostálgica, es una historia de continuidad, de una empresa que ha pasado de ser un pequeño negocio en una cabaña de construcción a un nombre que resuena en Europa, Oriente Medio, el Pacífico y ambas Américas, de habilidades que pasan de mano en mano, no sólo de diseños. Es la historia de una marca que no persigue tendencias, sino que las marca.
Texto Marija Vuković
Fotos Princess Yachts